Esta es otra carta que publiqué hace ya algún tiempo y en la que trato de darle un poco más de visibilidad al kikuyu:
El artículo “Memorias de África”,
de Núria Iceta (El Periódico
16/02/2018) me ha sorprendido muy gratamente ya que en él se nos habla del
escritor keniano Ngũgĩ wa Thiong’o y de En
la Casa del Intérprete, la segunda parte de sus memorias. Ya en 2017, Thiong’o
dio una conferencia en Barcelona, concretamente el CCCB, que giró alrededor de
la defensa de las lenguas africanas, de su dignidad, del daño profundo que el
colonialismo había causado (y aún causa) en las naciones africanas al tratar de
imponer en estas un monolingüismo dominante y dominador (obviamente, el
ejercido por una lengua europea). De esta delicada cuestión trata otro de sus
libros, el ensayo Descolonitzar la ment,
que casualmente estoy leyendo en estos momentos. Thiong’o, que escribe en
kikuyu, su lengua materna, es un firme defensor de la diversidad lingüística y
de la autenticidad que esta otorga al mensaje propio de una nación o pueblo, al
expresarse sus integrantes, de manera natural, en la lengua que los define y
singulariza. Thiong’o ha escrito parte de su obra en inglés, pero tras ser
encarcelado por escribir en kikuyu y, posteriormente, forzado a exiliarse, ha optado
por escribir en su lengua materna como instrumento para recuperar su dignidad y
la de su pueblo, y no ceder, como apunta en el título de su ensayo, a la
colonización lingüística de su mente y, por tanto, de su ser individual, algo que
lo convertiría en un neoesclavo del neocolonialismo o, simplemente, del
colonialismo que jamás se ha ido del todo del continente africano. En fin, soy
consciente de que la literatura africana es una gran desconocida en España, por
eso siempre son muy bien recibidos artículos como los de Núria Iceta, que,
además, invitan al lector a seguir indagando en el tema que acaban de
presentar.
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